La rehabilitación neurológica está diseñada para tratar a pacientes con trastornos vasculares, como accidentes cerebrovasculares isquémicos; trauma, como lesión cerebral y de la médula espinal; trastornos degenerativos, como enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y enfermedad de Alzheimer; trastornos estructurales o neuromusculares, como parálisis de Bell, espondilosis cervical, síndrome del túnel carpiano, neuropatía periférica, distrofia muscular y miastenia gravis; y trastornos funcionales como dolor de cabeza, convulsiones, mareos y neuralgia.